Nacional – octubre 10 2025

Entre el trabajo, el cuidado y la desigualdad:

así viven muchas niñas y mujeres en barrios que atraviesan adversidades en Bolivia.

 

En contextos de alta vulnerabilidad social, las niñas, adolescentes y mujeres enfrentan mayores desafíos. En el Día de la Mujer Boliviana, compartimos algunos datos para reflexionar y asumir un cambio en la sociedad.

Realizamos un estudio en 10 distritos periurbanos en situación de vulnerabilidad, en ocho ciudades del país, para conocer cómo están las familias en su rol de protección y cuidado de la niñez. Los resultados también muestran una realidad que refleja desigualdades de género.

Algunos datos que nos invitan a reflexionar:

Datos que invitan a reflexionar

78%

En el 78% de las familias, son las mujeres quienes asumen la principal responsabilidad del cuidado de niñas, niños y adolescentes.

30%

El 30% de las mujeres no culminó la educación primaria o no pudo continuar sus estudios posteriores.

54%

El 54% de las mujeres trabaja más de 48 horas a la semana, en su mayoría en condiciones de informalidad laboral, además de asumir responsabilidades de cuidado infantil.

(Fuente: Estudio Fortaleciendo Familias: Diagnóstico de la protección infantil familiar en 10 distritos periurbanos de Bolivia)

Estos datos nos recuerdan una verdad: la protección infantil también requiere romper con la desigualdad de género. Estas cifras nos recuerdan que las niñas, niños y adolescentes también crecen observando y viviendo estas desigualdades, y que muchas veces las mismas limitaciones e inequidad se repiten de una generación a otra ¡Cambiemos esta realidad!
 
En Aldeas Infantiles SOS Bolivia implementamos una Estrategia Nacional de Equidad de Género, con el objetivo de reducir las brechas que afectan a niñas y mujeres. A través de nuestros servicios de atención directa a la niñez y las familias, promovemos el empoderamiento familiar, la igualdad de oportunidades y el fortalecimiento de capacidades para que cada niña y niño crezca en un entorno protector, libre de violencia y con las mismas posibilidades de desarrollo. 

Además, estas cifras nos recuerdan que las niñas, niños y adolescentes también crecen observando y viviendo estas desigualdades, y que muchas veces las mismas limitaciones e inequidad se repiten de una generación a otra.

¡Cambiemos esta realidad!

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