Nacional
– marzo 7 2024
Empoderar a niñas y mujeres en situación de vulnerabilidad rompe el ciclo de violencia
En una sociedad de múltiples deudas históricas, ser niña y ser mujer es recorrer la vida con desventajas; y ser una niña que perdió el cuidado familiar o una mujer en situación de vulnerabilidad profundiza la brecha de desigualdad.
En el mundo, las mujeres realizan tres veces más el trabajo de cuidado que los hombres, esta cifra es de cuatro en Bolivia. En varios casos, las mujeres están a cargo del cuidado de sus niñas y niños, algunas con tres, cinco o más. Esta situación tiene raíces de estructura, pues muchas atravesaron violencia sexual en su niñez o adolescencia y además crecieron viendo a sus familias reproducir este ciclo.
Por otro lado, una niña que perdió el cuidado familiar tiene menos oportunidades debido a que el propio sistema le limita el acceso a sus derechos; es decir, además de enfrentar la difícil situación de quedar sin cuidado parental, debe luchar contra la inequidad cotidiana, probablemente con menos recursos, a cargo de hermanos pequeños y fuertes secuelas emocionales de adversidad.
La estadística nacional indica que 7 de cada 10 mujeres ha sufrido violencia, pero en el caso de niñas y mujeres en situación de vulnerabilidad, es deducible que absolutamente todas han atravesado y sobrevivido a diferentes tipos de violencia, además de manera sistemática.
Actuar para frenar la inequidad y con perspectiva al futuro
Empoderar niñas y mujeres puede asegurar un mejor futuro para el país, pero empoderar a niñas y mujeres en situación de vulnerabilidad puede solucionar problemas estructurales y romper ciclos de violencia, de maltrato y de desigualdad, y esto es clave para proyectar un mejor futuro donde nadie se quede atrás.
En la experiencia de Aldeas Infantiles SOS trabajando directamente con niñas, niños y familias en alta situación de vulnerabilidad, empoderar niñas y mujeres que atravesaron situaciones complicadas debe ser un compromiso a largo plazo que tiene efectos inmediatos y genera un importante impacto a lo largo de los años, pues rompe ciclos intergeneracionales de maltrato.
Fortalecer a las niñas y mujeres es imprescindible para solucionar una deuda histórica, activar políticas sociales y proyectos de desarrollo pueden equilibrar la situación y generar impacto en las generaciones del mañana. ¡El momento de cambio es ahora! Empoderar a niñas y mujeres rompe el ciclo de violencia y acelera el proceso de desarrollo.
Sigamos comprometidos con cambiar las brechas, con actuar.
Aldeas Infantiles SOS Bolivia
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