Una alianza evita que 561 niños y niñas pierdan el cuidado familiar

 

El Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, la comunidad del Distrito 9 y Aldeas Infantiles SOS concluyen un proyecto de fortalecimiento familiar.

La experiencia de fortalecimiento familiar de Aldeas Infantiles SOS en alianza con el Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba y con las dirigencias del Distrito 9, evitó que 561 niños y niñas pierdan el cuidado familiar y queden institucionalizados o en situación de calle.

 

El proyecto Fortalecimiento a la Unidad de Familias Vulnerables fue implementado durante 6 años (2014–2020) en 14 mancomunidades del Distrito 9, apoyando a las familias con mayor situación de vulnerabilidad, por pobreza, educación, servicios básicos y violencia, entre otros.

 

Esta iniciativa arrancó con la intención de evitar que los niños y niñas pierdan la protección de sus familias, fortalecer a las familias más vulnerables y empoderar a la comunidad en el desarrollo de la infancia.

La problemática

Al iniciar el proyecto, un estudio del Banco Mundial y Aldeas Infantiles SOS en 2010, identificaba que en los Distritos 7, 8, 9 y 13 existían 38.767 niños y niñas en riesgo de perder el cuidado familiar y con la probabilidad de ingresar a centros de acogida o quedar en situación de calle.

 

Aquellos datos fueron actualizados en 2017, donde en alianza con la Universidad Católica Boliviana, un nuevo estudio develó que en el departamento existen más de 224.000 niños y niñas en riesgo de perder el cuidado familiar y más de 30.000 ya no viven con su familia biológica, sino con hermanos, tíos, abuelos o padrinos.

Los tipos de familia

Según el primer estudio, las familias son diversas y algunas conllevan mayores desventajas. Por ejemplo, en las familias monoparentales, la ausencia del padre o madre incide en la consecución de menores ingresos familiares y el consiguiente riesgo de alejamiento del o la cuidador/a principal (de sus hijos e hijas) por razones de trabajo.

 

Así también, produce la inserción laboral temprana de los niños, niñas y adolescentes (11%, 18% y 9% de hijos/as que trabajan en los distritos 5, 9 y 14, respectivamente) y la delegación de responsabilidades en las hijas o hijos mayores –que acaban trastocando los roles y la dinámica familiar– son problemáticas asociadas a la pobreza.

En todos los distritos predomina un promedio de 3 hijos por familia y un ingreso económico medio de Bs. 1.500 que, en la percepción de un 79% de la población, es insuficiente para cubrir sus necesidades.

La violencia conyugal (47% en el distrito 9) y contra los niños, niñas y adolescentes (72%, 69% y 60%, respectivamente en los distritos 5, 9 y 14) constituye otra problemática recurrente entre las familias de los 3 distritos.

En este marco de resultados, el estudio identifica al Distrito 9 como el de mayor riesgo para la pérdida del cuidado parental y lo recomienda como espacio prioritario para la implementación de programas y proyectos de apoyo a la familia.

FORTALECIMIENTO A LA UNIDAD DE FAMILIAS VULNERABLES

El proyecto, inicialmente, había sido pensado para atender a 125 familias en alto riesgo y otras 750 en mediano, pero la realidad de los niños, niñas y adolescentes fueron demandantes y se atendieron, en promedio, hasta en 63 % y 23 % más de lo previsto, respectivamente.

 

Asimismo, el proyecto se implementó durante 6 años y evitó que 561 niños y niñas de 150 familias pierdan el cuidado familiar y queden institucionalizados o en situación de calle. Salieron del proyecto autosuficientes y con las autonomía necesaria para protegerse y desarrollar a los niños y niñas de sus familias.

Sin embargo, pese a todos los esfuerzos, al rededor 140 familias abandonaron el proyecto, migraron a otras ciudades o al campo o, finalmente, sus niños y niñas llegaron a centros de acogida.

 

A la vez, se ha capacitado en entornos afectivos y protectores; habilidades laborales y de emprendimiento; y liderazgo, a 750 familias (en promedio por fase) de 119 OTBs y 14 mancomunidades del Distrito 9, sobrepasando las expectativas en 23%.

 

Asimismo, los procesos de capacitación técnica (repostería, electricidad y gastronomía) gozaron de una alta demanda por parte de las familias, llegando a superar en 10 veces las cantidades previstas inicialmente.

La alianza entre gobierno, comunidad y Aldeas Infantiles SOS fue una experiencia que posibilitó el desarrollo humano y, especialmente, la prevención de la pérdida del cuidado familair. Al respecto, Alberto Melgar, gerente de Aldeas Infantiles SOS Cochabamba, indica, “la problemática es gigante y además estructural y, por tanto, la solución debe ser muy intencionada. Muchos niños y niñas podrían quedar solos en el mundo y experiencias como este proyecto conjunto nos llenan de esperanza”.