Papá cuida
Inspiradores

Papá protege, papá cuida

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“Sé que el tiempo que tenemos juntos es limitado, pero tratamos de brindarles todo nuestro cariño y afecto, aunque sean solo unas horas al día”

En la familia de Alejandro, el día comienza temprano, a las cinco de la mañana. A sus 25 años, él y su esposa se preparan para una jornada ardua de trabajo, pero antes se aseguran de que sus cuatro hijos estén bien cuidados.

Ambos trabajan como ayudantes en la venta de pollo a la canasta, preparando y sirviendo los alimentos y organizando a los demás vendedores. Pasan al menos 12 horas al día allí, es el único sustento para su familia y se esfuerzan mucho para sacar adelante a su familia.

Como todos los días, antes de las ocho de la mañana, Alejandro lleva a sus dos hijas, Ana de cuatro años y Rafaela de dos años, al centro infantil Herman Gmeiner de Aldeas Infantiles SOS en la ciudad de Oruro. Al entrar, Alejandro y sus hijas llaman la atención de todos los padres de familia, que en su mayoría son mujeres, ya que él carga a su hija pequeña en un aguayo y a la otra la sujeta de la mano.

“A Rafaela le encanta cuando la llevo en el aguayo. No me da vergüenza, al contrario, me gusta que mi hija se sienta feliz”, dice Alejandro, convencido de que la responsabilidad del cuidado de sus hijos es compartida entre él y su esposa.

En el centro infantil, las hijas de Alejandro reciben atención integral en educación, nutrición, protección y alimentación. También se les brindan charlas que han ayudado a Alejandro y su esposa a fortalecerse como pareja y a cuidar mejor de sus hijos.

Los hijos mayores asisten a la escuela por la mañana y por la tarde esperan en casa a sus dos hermanitas. A las 16:30, Alejandro corre a recoger a sus hijas del centro infantil, a veces cansado, pero la sonrisa y los abrazos de sus hijos son su mayor fuente de energía.

Alejandro regresa al trabajo hasta altas horas de la noche. El día termina con una cena familiar en casa, donde Alejandro se olvida de las ventas y comparte, además de alimentos, cariño y amor con sus hijos. Los escucha y les dice cuánto los ama.

“Sé que el tiempo que tenemos juntos es limitado, pero tratamos de brindarles todo nuestro cariño y afecto, aunque sean solo unas horas al día”, finaliza Alejandro con una sonrisa en el rostro.