Desinstiucionalización en Tarija
Inspiradores

Celia y Agustín vuelven a casa

A veces las historias parecen repetirse, el abandono, la violencia y los vicios dejan duras secuelas en los niños que en un momento determinado se convirtieron en padres y que ahora repiten la historia que vivieron ellos en su infancia, pero esta con vez con sus propios hijos… Esto es lo que ocurrió con Alfredo, el papá de Cecilia y Agustín, los protagonistas de esta historia.

Alfredo provenía de una familia con muchos problemas, cuando era niño, él y sus hermanos, sufrieron el abandono de su madre y la violencia de su padre, con sus hermanos no tiene una buena relación, pues crecieron distantes. Hace unos años, Alfredo y algunos de sus hermanos se vieron envueltos en riñas callejeras y otros delitos que llevaron a Alfredo y sus hermanos a la cárcel. Siendo testigo de la violencia ejercida en su familia y acostumbrado a entornos inseguros, para él, le resultó natural ser violento con su pareja y sus hijos pequeños.

Cristina es la mamá de Cecilia y Agustín, ella es la hija mayor de doña Clara, al igual que muchas mujeres en Tarija y en Bolivia, se convirtió en madre cuando era adolescente y su inestabilidad emocional repercutió en la negligencia para cuidar de sus hijos, Ricardo es su hijo mayor, él se crió con su abuela Clara. Años más tarde, Cristina inició una relación de pareja con Alfredo, con quien tuvo dos hijos: Cecilia y Agustín.

Cecilia tiene 9 años y Agustín 10, ellos crecieron en un hogar inestable con una madre negligente y un padre con antecedentes penales y serios problemas de alcoholismo… Una de sus abuelas, viendo la situación de sus nietos, decidió denunciar a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, la instancia competente para trabajar estos casos. La decisión judicial resolvió la internación de los niños en diferentes centros de acogida debido a su edad, Cecilia fue a vivir a un Centro de acogida para niñas y Agustín llegó a otro Centro de acogida destinado a niños varones… es decir fueron separados.

El panorama no era para nada alentador para Cecilia y su hermanito, pero la decisión y dedicación de doña Clara, su abuela materna, les brindó una oportunidad para comenzar una nueva historia junto a su familia. Durante los 11 meses que estuvieron viviendo en los hogares, su abuela los visitaba constantemente y se preocupaba por ellos. Ella es una mujer fuerte, además funge como líder en su comunidad, por esas características personales y el empeño de desarrollar sus capacidades de protección y personales, ella fue capaz de re organizar su familia para recibir en su seno a sus nietos Cecilia y Agustín. Así también, las hijas de doña Clara, Ana y Paola, organizaron sus horarios entre sus estudios y las responsabilidades en casa para cuidar de sus sobrinos. Como el factor económico también es importante dentro de la estabilidad de una familia, el Proyecto de Reintegración Familiar pudo brindarles un microcrédito para que organicen un emprendimiento de venta de ropa y edredones, con los que pueden mejorar los ingresos económicos y por consecuencia, la calidad de vida de la familia.

Hoy la familia se encuentra fortaleciéndose y es parte del servicio de Familia Extendida de Aldeas Infantiles SOS en Tarija donde van desarrollando capacidades afectivas, personales, laborales y de liderazgo. Esta historia es una muestra de la oportunidad que tienen los niños institucionalizados de volver a vivir con su familia, aunque sus padres no puedan asumir la responsabilidad de sus hijos, los abuelos y tíos pueden ser una oportunidad para que los niños puedan vivir con su familia nuevamente.