“La mamá Elizabeth y los asesores de aldeas me ayudaron bastante. Recuerdo que, aunque yo no era legalmente de la familia, siempre me sentí parte de ella porque me escucharon y apoyaron en todo mi crecimiento, en cada etapa, desde que era adolescente hasta ahora que ya soy grande”, comenta ella.
A sus 23 años, Dunia decidió que ya podía hacerse cargo de sus hermanos y emprendió una lucha legal para conseguirlo, “pensé que nunca podría conseguir su tutela, había muchos requisitos, el trámite parecía muy caro y además exigía demasiado tiempo”, comenta acongojada. Pero ella, no se rendiría, así que, con el apoyo de Aldeas Infantiles SOS, consiguió un empleo a tiempo completo, tuvo apoyo psicológico, asesoría legal, definió sus metas familiares y reforzó sus habilidades parentales y así se sentía lista para lograrlo.
“El proceso legal fue demasiado largo, muchas veces perdí la paciencia, pero con el apoyo necesario pudimos conseguir que el juzgado me otorgue la tutela de mis hermanitos”, comenta. El día que obtuvieron la declaración de reintegración familiar fue de mucha celebración y la familia se ilusionó con su futura vida. Aldeas Infantiles SOS los ayudó a construir sus planes y continúa apoyándoles en mejorar su dinámica familiar.
Ahora viven juntos a cuatro calles de la aldea, alimentan su lazo y todavía se sienten parte de su familia SOS. Dunia tiene un trabajo estable pese a la pandemia del Covid-19 y Aldeas Infantiles SOS continúa siendo su soporte familiar. Su mayor deseo, después de tantos años, continúa siendo el mismo: cuidar el lazo.