Actualmente, su hijo mayor tiene 17 años, está en cuarto de secundaria; el segundo tiene 14 años, está en primero de secundaria; y su tercer hijo tiene 10 años, está en quinto de primaria; los tres están en la Unidad Educativa Marcelo Quiroga Santa Cruz; su cuarta hija tiene 6 años y está en primero de primaria, sus dos últimas hijas son gemelas y tienen 5 años; ellas estudian en la Unidad Educativa Carlos Garibaldi. Los primeros años, Flora, participando en el servicio de Fortalecimiento Familiar, ha pasado talleres de repostería, sesiones de fortalecimiento del buen trato a partir de las reglas y normas en la familia y otros temas importantes para su desarrollo personal. Teniendo el acompañamiento de un asesor familiar para cuidar aspectos de su bienestar emocional y de salud.
Con la pandemia del COVID 19, el acompañamiento a la familia de Flora, ha tenido que adecuarse, a la situación de emergencia sanitaria, a través de contactos telefónicos y por medios digitales accesibles, una modalidad de trabajo virtual que llegó para quedarse y que Aldeas Infantiles SOS Bolivia busca potenciar y fortalecer cada vez más. Flora, nos cuenta que con esta pandemia y, para no hacer sufrir a sus hijos, tuvo que ir a trabajar por dos meses a Oruro, en la cosecha de quinua. Ella dice: “para no hacer sufrir a mis hijos y como tenían que pasar clases virtuales y yo no contaba con celulares, porque casi todos pasan a la misma hora sus clases, por eso me fui a trabajar para que puedan seguir estudiando ellos, me fui casi dos meses, llegué y comencé otra vez con la venta de mis verduras”.
Ella, con sus ojos llorosos, nos cuenta lo difícil que ha sido en esta pandemia la situación con sus seis hijos estudiando; por la falta de celulares y el gasto en cuanto se refiere a comprar las megas. “Para mí ha sido difícil que no vayan a pasar clases y las clases virtuales… la verdad es que se necesita celulares, megas… y yo que los mantengo sola…” Pero la necesidad de Flora, no sólo se basa en tener una herramienta tecnológica para que sus hijos estudien, es también la necesidad que ella ha visto; que cada uno de sus hijos e hijas cuenten con un apoyo de contención emocional y de desarrollo personal. Ella comprende que sólo con un apoyo integrado sus hijos e hijas podrán salir adelante y afrontar todas las adversidades.
Al preguntarle cómo se siente ella nos dice: “Yo me siento tranquila y feliz al seguir adelante y tengo que seguir adelante, porque si me caigo dónde quedan mis hijos, entonces yo tengo que seguir de pie y seguir adelante, día a día”. “Yo la verdad, con mis hijos nos llevamos bien, hay veces que me hacen renegar, pero nos llevamos bien, yo los quiero a mis hijos porque son mis hijos, la verdad, por sus hijos tiene que seguir luchando una mamá”.