Es mediodía y el sol en Potosí está fuerte, Laura, de ocho años, corre por el camino de tierra que conduce a su casa, tiene el guardapolvo blanco colgando en su hombro, detrás de ella, sus hermanos Pedro (12) y Marco (10) la persiguen. En su casa, la abuela Delia los recibe con un cálido abrazo.
En 2019, Potosí se paralizó por un caso de feminicidio que estremeció a la población, como consecuencia, Laura y sus hermanos Pedro y Marco, quedaron en una condición de orfandad caracterizada por el trauma, el duelo y la desprotección.
El feminicidio y la afectación a largo plazo en niñas y niños
El feminicidio es la última etapa de todo un ciclo de violencia al cual las mujeres están sometidas al interior de sus hogares. Las niñas, niños y adolescentes también sufren las consecuencias de esta problemática, son testigos y víctimas silenciosas de la violencia en razón de género; se ven enfrentados a un panorama desolador, perder a su madre, separarse de su padre y tener a su familia desintegrada.
En 2021, La Fiscalía General del Estado de Bolivia reportó 108 feminicidios, de los cuales diez casos se registraron en Potosí. Según el informe del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, en lo que va del año 2022, a nivel nacional, 63 niñas, niños, adolescentes y jóvenes quedaron en situación de orfandad, víctimas del delito de feminicidio.
“Esta lamentable realidad, también impacta a las niñas, niños y adolescentes, quienes, para reconstruir su vida, requieren tratamiento terapéutico, acompañamiento y cuidado especializado, a corto, mediano y largo plazo”, puntualiza Jimena Tejerina, Asesora de Desarrollo Familiar de Aldeas Infantiles SOS en Potosí.
Según Tejerina, en muchos de los casos, la familia ampliada asume el cuidado de las niñas y niños víctimas del feminicidio, pero desconocen cómo manejar una situación traumática. “Es importante trabajar con la familia, de esta manera, se podría abordar el trauma de las niñas y niños de manera integral”, resalta.
El trabajo conjunto entre el Estado y la sociedad civil, también es importante para revertir esta realidad que vulnera los derechos de la infancia.
Una respuesta familiar para un desarrollo integral
Cuando Laura y sus hermanos Pedro y Marco llegan de la escuela, la abuela Delia tiene preparado el almuerzo, hoy comerán asado de chivo.
La abuela Delia tiene 45 años y junto a su esposo asumieron el cuidado de sus tres nietos, desde hace casi tres años, logrando la guarda legal.
“Los quiero como a mis hijos, ellos me dicen mami, no me dicen abuelita. No quisiera envejecer para verlos crecer hasta que sean profesionales y cumplan sus sueños”, dice con firmeza la abuela Delia.
El primer año, la situación fue difícil en la familia, la abuela Delia compartía la casa con sus dos hijas mayores que también tenían sus hijos. Con el impulso de la comunidad, la familia recibió el apoyo de la Agencia Estatal de Vivienda para la construcción de dos habitaciones para Laura y sus hermanos Pedro y Marco, así sus condiciones de habitabilidad mejoraron.
La llegada de la pandemia de COVID-19 afectó el desarrollo que tenía la familia, especialmente en el área educativa, pues las clases fueron virtuales y Delia solo tenía un celular.
“No teníamos celulares para todos, algunos tenían que enviar sus tareas, otros pasar clases, tuvimos que turnarnos para cumplir con todo, pero no se pudo”, recuerda Delia.
El apoyo oportuno de Aldeas Infantiles SOS, posibilitó que Delia y sus nietos no solo continúen sus clases en la escuela, sino también, accedan a la tecnología y con ella a un sin fin de oportunidades para el desarrollo integral de la familia.
Un trabajo conjunto por la niñez en riesgo
Desde 2019 hasta la fecha, Aldeas Infantiles SOS acompaña y brinda atención integral a la familia de la abuela Delia, tras una solicitud de la Fiscalía Departamental de Potosí. Laura y sus hermanos Pedro y Marco reciben el apoyo y acompañamiento de la organización, a través del Servicio de Familias Ampliadas, que evitó la separación de los hermanos y la institucionalización en un centro de acogida.
“Contamos con un programa de familias ampliadas que se implementa en convenio con el SEDEGES. Mediante este servicio estamos respondiendo a esta problemática que es muy cruda. Es muy importante ahondar en la prevención de estos hechos, pero también en respuestas de cuidado familiar”, puntualiza Dubeiza Sosa, Gerente del Programa Potosí de Aldeas Infantiles SOS.
Durante este tiempo, el equipo técnico de Aldeas Infantiles SOS brindó asistencia biopsicosocial a la familia, desarrolla capacidades de cuidado y protección en los abuelos para mejorar sus pautas de crianza; asimismo, se dotó de una psicóloga que realiza las intervenciones terapéuticas a los niños.
“Sanar las heridas es un proceso difícil, nosotros les brindamos asistencia terapéutica, pero nada reemplaza el amor que le brinda su familia, es lo que más ayuda a sanar”, concluye Jimena Tejerina, Asesora de Desarrollo Familiar de Aldeas Infantiles SOS en Potosí.
Al igual que Laura, Pedro y Marco, otros 26 niñas, niños y sus familias, reciben atención integral en el Servicio de Familias Ampliadas de Aldeas Infantiles SOS en Potosí.