Manos que crean, manos que protegen
En medio de su habitación, Angélica tiene una máquina de coser que logró adquirir con el apoyo de Aldeas Infantiles SOS, es su principal herramienta de trabajo, aprendió a coser desde joven viendo a su hermana mayor que también tiene este oficio.
Cada semana, recibe pedidos para la elaboración de polleras y enaguas, sus clientas también le piden asesoramiento para combinar colores y modelos. “No basta con saber coser, hay que conocer las telas, colores, modelos y tener mucha dedicación”, afirma con toda seguridad, pues ella también viste de pollera.
Piensa mejorar su emprendimiento, aprendiendo a costurar polleras con diseños más elaborados para fiestas y ocasiones especiales.
Este emprendimiento en casa, le permite convivir más tiempo con sus hijos, cuidarlos y acompañarlos en su desarrollo.