Hablar de equidad de género sin resultados concretos resulta desmotivador. Mientras seguimos debatiendo sobre avances y promesas, las niñas, adolescentes y mujeres en Bolivia continúan siendo invisibilizadas, violentadas y limitadas en sus oportunidades. El verdadero cambio sucede cada día y todos podemos hacer algo desde donde estamos.
En Bolivia, de acuerdo a una consulta de U-Report de Unicef, el 71% de personas jóvenes cree que las niñas son discriminadas, y el 49% no confía en que las autoridades respondan a sus denuncias. No es una percepción aislada: el 43% de las niñas afirman que no son escuchadas ni tienen la posibilidad de influir en espacios de decisión, y cuando lo logran, 7 de cada 10 temen ser víctimas de violencia. Esto es inaceptable.
Los datos son claros, pero lo más alarmante es que parecen no ser suficientes para generar cambios reales. Cada día que pasa sin actuar, miles de niñas, adolescentes y mujeres pierden oportunidades, seguridad y derechos. No podemos seguir permitiendo que la historia se repita. No podemos esperar que solo el gobierno, las instituciones o algunas organizaciones cambien la realidad. Esta es una responsabilidad de todos.
Hablar de equidad de género en fechas simbólicas es importante, pero el verdadero cambio ocurre todos los días, en cada decisión y en cada espacio donde podamos marcar la diferencia.
En el trabajo cotidiano, en la crianza de niñas, niños y adolescentes, en la empresa privada, en los sectores sociales, en la administración pública, en la paternidad y la maternidad, en la educación, en la vida diaria. La equidad debe ser una prioridad real.
Debemos garantizar oportunidades de formación y crecimiento para las mujeres, erradicar los estereotipos de género y educar a niñas, niños, adolescentes y jóvenes con una visión de equidad. Es fundamental cuestionar los roles de género en la familia, buscando la corresponsabilidad en su cuidado y el desarrollo de todos sus integrantes. No ignorar la violencia, el acoso ni la discriminación; o las oportunidades de trabajo, los estudios y el desarrollo personal. Es nuestra responsabilidad alzar la voz ante las injusticias, crear espacios seguros y exigir cambios reales en el entorno.
En este momento de la historia, cada día cuenta para el cambio, por eso es importante que reflexionemos profundamente sobre cómo nuestro rol en la sociedad puede generarlo; para esto es necesario confrontarnos, mirarnos al espejo y generar una deconstrucción minuciosa, asumir un compromiso real y empezar a actuar con determinación.
Aldeas Infantiles SOS Bolivia trabaja cada día para erradicar estas brechas
Desde Aldeas Infantiles SOS Bolivia, trabajamos para romper las barreras de la desigualdad de género. A través de nuestros servicios de Abogacía, empoderamos a las comunidades y fortalecemos a las instancias gubernamentales para impulsar cambios sostenibles. Con Fortalecimiento Familiar y Cuidado Alternativo, brindamos apoyo directo a niñas, niños, adolescentes, jóvenes y familias, promoviendo la autonomía de las niñas y el empoderamiento de las mujeres. Además, creamos entornos seguros y fomentamos su participación activa en la sociedad. Sin embargo, este cambio requiere el compromiso de todos.
Si los números aún no indignan lo suficiente, revisemos las realidades que enfrentan las niñas, adolescentes y mujeres participantes de nuestros servicios:
- El 26% de las niñas y adolescentes han sido víctimas de violencia sexual en su pasado.
- El 64% de la población con problemas de nutrición son niñas o adolescentes mujeres.
- El 59% de jóvenes con dificultades para encontrar empleo son mujeres.
- El 60% de las personas sin habilidades digitales son mujeres.
- El 87% del cuidado infantil sigue recayendo en las madres, reforzando una desigualdad histórica.
No son cifras, son vidas. Son niñas y mujeres que deberían estar soñando con su presente y futuro, pero que en cambio luchan por sobrevivir en un sistema que les cierra puertas antes de generar cambios sustanciales ¿Cuánto más esperaremos para actuar?
A la vez, apreciado equipo de colaboradoras y colaboradores de Aldeas Infantiles SOS Bolivia, les pedimos actuar con determinación para generar un cambio real en la vida de niñas, niños y familias. Nuestra labor va más allá de la asistencia; somos agentes de transformación en la crianza, la educación y la equidad de género. Cada día tenemos la oportunidad de promover la paternidad activa y el empoderamiento de niñas y mujeres con acciones concretas.
Emplazamos a todo nuestro equipo a generar acciones directas y a impulsar con mayor fuerza esta transformación. Queremos un cambio de actitud y exigibilidad. No basta con querer hacer la diferencia, hay que materializarla ¡Seamos el motor del cambio en la equidad de género y hagamos que tenga mayor impacto en la vida de las niñas, niños y familias!
El momento de actuar es ahora. No basta con indignarse, hay que comprometerse con acciones concretas. Cada uno de nosotros, desde nuestro rol, puede ser parte del cambio. No dejemos que la equidad sea solo un discurso; hagamos que sea una realidad que se viva cada día.
[1]U-report de Unicef: El reporte consultó a 3,490 adolescentes y jóvenes