Una promesa por la niñez
Inspiradores

Una promesa por la niñez

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Si existieran guardianes infantiles en las calles como existen jefes de tránsito, Ofelia sería una con tres medallas al honor. Ella tiene tres hijos, los ama, los protege, los cuida y los motiva, pero también siente que tiene cierta responsabilidad con la niñez en general.

Todo inició hace algunos años, cuando su hijo mayor apenas cursaba el kínder. Como vivía en un barrio alejado y afectada por las desigualdades sociales,
le era sencillo encontrar papás y mamás que, ante la ausencia de conocimiento,
golpeaban y gritaban a sus hijos en sus negocios, en las paradas de trufis, en
las puertas de la escuela, del hospital, pero casi nadie se animaba a ponerle
un alto, a pedir otro trato, a tener una explicación.

Entonces, una tarde en la escuela de su hijo, le pidieron asistir al centro familiar
comunitario, implementado ahora por Aldeas Infantiles SOS y Save The Children
en Cochabamba. Tímidamente, aquella vez lo aceptó, pero hasta la fecha esa introversión se convirtió en liderazgo por la niñez.

Ella comenta - mientras otros papás la esperan en el salón para hacer manualidades con sus hijos - que en sus primeras reuniones aprendió sobre nutrición para la infancia y que, desde aquel día, sus hijos cambiaron de dieta; después comenta que conoció sobre medicina natural para aliviar malestar en sus hijos y que, además de ser efectivos, son económicos y accesibles.

Sin embargo, aquello que más le impactó fue que criar con buen trato y protección no es sólo un asunto de los padres, sino de toda la comunidad. Desde entonces se esfuerza por unir a otras madres para lograrlo, por organizarlas y que entre ellas se
capaciten, compartan sus experiencias y, de esta manera, involucren a otras familias a cuidar de la infancia.

“Antes, hace muchos años, veía que la gente trataba mal y no protegía a sus hijos
mientras trabajaban. Tengo recuerdos de que siempre les gritaban, les bajaban la
autoestima y hasta los mantenían sucios y comiendo cualquier cosa. Yo no quería eso para mis hijos, yo quería que ellos estén bien, así que me esforcé y ahora además quiero que los hijos de mis vecinos estén bien, por eso me esfuerzo hablándoles para que sigan mejorando”, dice Ofelia.

Cuando sale del centro familiar comunitario, de camino a la reunión de la junta directiva de padres de familia del colegio de sus hijos, va con una idea en mente, un propósito y una promesa que se hizo ella misma: difundir la protección y el buen trato a la niñez en todo espacio que visite. Aquella es su promesa, ser ejemplo y portavoz, ser madre y ser líder, y ser para sus hijos un sinónimo de amor.