Artur, un padre resiliente
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Artur decide amar y cuidar, un relato de paternidad frente a la adversidad

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Desde hace cuatro años, Artur tuvo que hacerse cargo de sus cuatro hijos solo. Durante la pandemia, las cosas empeoraron. Artur decidió buscar ayuda en algunas organizaciones gubernamentales donde le sugirieron dejar a los niños con su mamá, para que él pueda dedicarse a trabajar y pasarles una manutención.

A Artur no le gustaba la idea de tener que separarse de sus hijos, no quería repetir su misma historia; recordando cómo sus papás también tuvieron que dejarlo junto a sus hermanos menores al cuidado de sus abuelos después de su separación, y teniendo que dejar sus estudios en cuarto de primaria, para poder ayudar con el sustento de su hogar desde los 11 años, con trabajos como barriendo las paradas de los buses o en diferentes oficios.

Sentado en el suelo frente a su pequeño taller, Artur se encuentra cortando tubos de metal para realizar una nueva cama. “Sebastián se quejó anoche, se cayó de la cama, es que se revuelca mucho y como duerme conmigo, ya me dijo que quiere su propia cama”, dice Artur mientras sonríe midiendo los tubos con una escuadra.

Artur, actualmente tiene 34 años y tiene cuatro hijos, Saito el mayor de 15 años, Leidy de 13, Lucero de 11, y Sebastián de 8 años, el que pidió una nueva cama ya que en la habitación que comparten solo entran tres pequeñas camas y una mesa donde los niños realizan sus tareas. “Ahora estoy armando dos camarotes de dos pisos para que cada uno tenga su propia cama”, comenta Artur.

Artur quedó decepcionado con la solución que le ofrecieron, hasta que un día, por referencias del colegio de sus hijos, Artur conoció Aldeas Infantiles SOS y les contó sobre su situación. La organización buscó apoyo de un abogado para ayudarlo con el divorcio y la custodia de sus niños.

Artur es un participante activo de todos los talleres que dicta Aldeas Infantiles SOS, como los talleres de “Masculinidades” o “Paternidad Activa” recreando y enseñando a

sus hijos todo lo que aprende. “En la casa nos organizamos para hacer las cosas, antes yo me levantaba temprano para dejar la comida cocinada a las cinco de la mañana y salir a trabajar, porque me daba miedo que mis hijos se quemen o les pase algo en la cocina, pero ahora que ya están grandes, cada uno tiene sus tareas” .También recibe un apoyo de puerta a puerta por parte de Aldeas Infantiles SOS, con sesiones psicológicas, terapia y empoderamiento en la paternidad.

Artur recalca la importancia de la familia y de ser un padre presente. “Estoy con mis hijos, no es que un papá solamente por ser varón tiene que dejar a los niños, podemos cuidar a los niños siendo varones también, podemos tener el mismo tiempo de trabajar y estar con los niños al lado como lo que yo hago ahorita”, dice Artur.

Además de los talleres, con el apoyo adecuado, Artur se empodera en su economía, con formación en cerrajería para abrir su propio negocio. Una de las cosas que más le solicitan son parrillas para asar carne. “Un día saqué el parrillero que era mío para cocinar con mis amigos, aquí, en la puerta, y uno de mis amigos me preguntó cuánto costaba la parrilla, yo le dije dame 400 y me dijo ya, y me pagó y, ese ratito se lo subió a su auto y me dejó a mí sin mi parrilla”, cuenta Artur sonriendo orgulloso por el trabajo que realiza.

Artur es participante de Aldeas Infantiles SOS en Cochabamba. mediante sus servicios de Fortalecimiento Familiar en el distrito 9, donde participan 104 niñas y niños de 28 familias, de las cuales solo 7 familias cuentan con el padre; en un contexto donde el “82 por ciento de las familias monoparentales están a cargo de mujeres”.1

Artur dice que es muy difícil ser padre soltero, pero que no se arrepiente de la decisión de quedarse con sus hijos. “Es muy bonito, a veces te hacen renegar, te hacen llorar y también te hacen reír (…) soy feliz ahorita porque ellos están a mi lado”, comenta Artur reconociendo que todo eso es posible, en parte, gracias al apoyo y las asesorías recibidas de Aldeas Infantiles SOS en Cochabamba, Bolivia.