Es verano y hace mucha calor en la ciudad, así que toda la familia decide tener una tarde para compartir. Todos salen al jardín a jugar fútbol y mientras se divierten, de pronto, se dan cuenta que el cielo comienza a nublarse. La mamá SOS, Mery, desde adentro de la casa, los llama diciendoles, “hijos, guarden todos los juguetes y recojan la manta donde están descansando porque, al parecer, va a llover”. Todos se levantan y rápidamente empiezan a guardar sus juguetes y, segundos despues, ¡llueve fuertemente!
Hugo es el más pequeño de la familia, tiene cinco años y fue acogido cuando solo tenia siete dias de nacido, es un niño muy alegre, inquieto y le gusta mucho jugar y explorar. Después de que empezó a llover y toda la familia se encontraba mirando desde la ventana, Hugo miraba con mucho asombro la lluvia y decía con una sonrisa picarezca, “mamá, me hace mucha calor y la lluvia está fresquita para mojarse”.
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A Mery, al escuchar a Hugo, le llegaron a su mente los recuerdos de su infancia y de cómo disfrutaba jugar y sentir la lluvia. Sus recuerdos la animaban y les decía a las niñas y niños, “¿les gustaría ir a jugar y sentir la lluvia afuera?”. Los niños y niñas se miraron sorprendidos y fue Hugo, quien de un salto, respondio sin dudarlo “sí, mamá, yo quiero” y seguidamente en coro, todos sus hermanos respondieron, “yo tambien quiero…”. Mery respondió diciendo, “entonces vayan, yo desde aquí los miro, pero con la condición de que cuando yo les llame, vendrán rápidamente y se secarán para cenar”.
Hugo es el primero en salir, corre y salta bajo la lluvia, le siguen sus hermanos y están muy felices. Hugo trata de agarrar el agua entre sus dedos y levanta su cara para sentirla y saborearla. Está muy feliz por esta linda experiencia que seguramente se quedará en su mente y su corazón, algo parecido a lo que le sucedió a su mamá SOS.
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Para Hugo, el cariño que recibe de su familia SOS es único y, a pesar de su corta edad, entiende muy bien todo lo que se le explica. Actualmente tiene contacto mediante llamadas telefónicas con su mamá biológica, Elena, quien no pudo hacerse cargo de él desde sus primeros días de vida debido a su alta situación de vulnerabilidad.
Fue entonces que el gobierno derivó su protección a una familia de acogida de Aldeas Infantiles SOS. Sin embargo, en el último año, Elena ha presentado formalmente su intención de volver a estar con su hijo y ahora se comunican por teléfono para generar gradualmente un vínculo positivo.
Sin embargo, durante todos estos años, la felicidad que demuestra Hugo en todos los momentos que disfruta con su familia SOS, como jugar en la lluvia, dibujar plantas, hacer barcos de papel o pasar tiempo con su familia, serán los mejores recuerdos que tendrá de su infancia hasta que pueda presentarse la posibilidad de una reintegración familiar entre
Hugo y su mamá biológica. Mientras tanto, Hugo continúa construyendo su infancia con inolvidables recuerdos de una infancia feliz.
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