La llegada de la Covid-19 ocasionó un fuerte golpe a las condiciones de vida de Flora y su familia. Sin embargo, Flora vio en el nuevo contexto, la oportunidad de romper la brecha digital, desarrollando habilidades tecnológicas en ella y en sus hijos.
Cuando Flora se anotició de los primeros casos de Covid-19 y la cuarentena rígida en su ciudad, la invadieron sentimientos de angustia y preocupación. “Teníamos miedo, pensamos que nos moriríamos, nos quedamos en casa”, recuerda.
Este estado de alerta se profundizó más cuando Flora ya no podía salir a vender ropa, un trabajo que realizaba para sostener a sus cuatro hijos. “Yo era la única que llevaba el pan a mi casa, para mí fue complicado, tenía que sacar adelante a mis hijos”, complementa.
Ante esta situación, Flora buscó alternativas para sustentar a su familia. Antes de la pandemia se inscribió en un instituto para aprender repostería, esto la motivó a hacer pan de casa y vender a sus vecinos. “Al inicio no sabía cómo hacer pan, pero luego continué mis clases de repostería a distancia. Con la práctica los panes me salieron muy bien”, comenta Flora.
A pesar de las restricciones de circulación, José (12), el hijo mayor de Flora, la acompañaba a vender pan a sus vecinos, rondando las cuadras alrededor de su casa, exponiéndose a ser arrestados o a contagiarse de la enfermedad. Afortunadamente nada de esto sucedió.
José y sus hermanos, también se vieron afectados, porque las clases en su escuela fueron virtuales y ellos no contaban con un dispositivo móvil ni con internet. Fue entonces, que Aldeas Infantiles SOS les dotó de un celular inteligente con conexión a internet.
“No sabíamos manejar, pedí ayuda a un vecino para que me enseñe a usar WhatsApp y enviar las tareas de mis hijos”, comenta. Flora no se conformó con depender de la ayuda de sus vecinos, decidió realizar un curso virtual de manejo de aplicaciones educativas, logrando su certificación.
“Fui como la profesora de mis hijos, les enseñé a conectarse a sus clases y a enviar sus tareas”, manifiesta muy orgullosa.
Actualmente, Flora y sus cuatro hijos son participantes del servicio de fortalecimiento familiar de Aldeas Infantiles SOS en la ciudad de Oruro. Reciben apoyo psicosocial, alimenticio, desarrollo de habilidades de cuidado y protección, y se promueve el ejercicio de sus derechos.
Flora y su hijo José tienen el sueño de hacer crecer su negocio y diversificar los productos. “Quiero hacer masitas para entregar a las escuelas o instituciones. Seguiré esforzándome para alcanzar mi sueño”, concluye Flora.
Recientemente, Aldeas Infantiles SOS realizó la dotación de una Tablet a Flora y sus hijos para fortalecer su desarrollo de habilidades de protección infantil, desarrollo laboral y liderazgo de Flora, asimismo, garantizar el acceso a una educación formal y complementaria de calidad para sus hijos.