Inspiradores
– abril 8 2019
El mejor regalo de cumpleaños: Mamá
Su mamá llegó con un pastel en brazos una tarde de octubre, justo el día de su cumpleaños número nueve. No se veían desde hace seis años. Benjamín había olvidado su rostro, su aroma, sus ojos, pero sabía que era su mamá, y que volvió por él.
Benjamín ingresó a un centro de acogida del gobierno después de cumplir 3 años y desde entonces perdió contacto con su mamá. Después de un año recién fue acogido en una familia SOS y Daneyba se convirtió en su nueva referencia maternal.
Desde entonces Benjamín tiene una familia. Puede desayunar, almorzar y cenar con la alegría y bulla de sus hermanos. Puede acurrucarse en los brazos de mamá cuando está contento o preocupado. Comparte con su familia todos sus cumpleaños, logros y entusiasmos.
A pesar del cariño que le ha brindado su familia SOS, Benjamín sentía un vacío inexplicable. Aún no comprendía qué había sucedido con la mamá que lo había visto nacer, hasta que cumplió 9 años y la duda se disipó.
Era la tarde de su cumpleaños y Benjamín miraba detenidamente por la ventana. Estaba a punto de recibir el mejor regalo de su vida. Él tenía un presentimiento extraño, como si alguien llegaría. Entonces tocaron la puerta y era su mamá biológica con un enorme pastel.
“Hijito, te he extrañado mucho”, le dijo Silvia, su mamá.
Benjamín quedó paralizado. Sus pupilas temblaban, sus brazos de congelaron y la voz se le entrecortaba. Sentía miedo, alegría, nervios, una mezcla de emociones que no podía explicar. Caminó tímido, bajó las gradas, miró a mamá y algo inexplicable lo motivó a abrazarla.
Desde aquel día su mamá inició un proceso de reintegración familiar para volver a vivir junto a su hijo Benjamín. La familia SOS ha fomentado la relación entre ambos, incluso Silvia los visita cada fin de semana y organizan juegos, preparan comida y pasan el tiempo juntos.
A la vez, Silvia tiene el apoyo de un equipo de profesionales de Aldeas Infantiles SOS para ayudarla emocionalmente y guiarla en su estabilidad económica y legal. Tanto la familia como su mamá biológica han invertido mucho tiempo y dedicación para que la relación entre Benjamín y su mamá biológica funcionen adecuadamente.
Ahora Benjamín está lleno de sueños. Cuando habla de su mamá le brillan los ojos y cuando piensa en su familia SOS suelta una sonrisa. “Me gusta mucho mi familia SOS y amo a mi mamita. Ambos son mi familia y quiero siempre estar en contacto”, comenta él, emocionado e inspirado.
Muy pronto Benjamín volverá a vivir con su mamá. Su relación se fortalecerá cada día con el apoyo adecuado. Siempre tendrá el cariño y compañía de sus hermanos de casa, y claro, en adelante tendrá un pastel de cumpleaños.
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