Claudia junto a sus hijas
Inspiradoras

Cosiendo sueños

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Ser costurera es un sueño que Claudia persiguió desde muy joven, sin embargo, la vida le puso varios obstáculos que hicieron que esta ilusión se vaya aplazando.

Con tres hijas y una de ellas con parálisis cerebral, Claudia tuvo que verse enfrentada a seguir la vida sola, puesto que no recibía ningún apoyo del padre de las niñas y ni siquiera podía salir a buscar trabajo, ya que una discapacidad para caminar la obliga a moverse con muletas; además que no contaba con formación de ningún tipo, porque apenas cursó unos años de colegio.


Todos estos problemas comenzaron a pesar fuertemente sobre Claudia hasta el punto en que perdió la seguridad en sí misma y la esperanza también. Es entonces que, al tomar conocimiento de su caso, Aldeas Infantiles SOS intervino de manera oportuna y mediante un trabajo minucioso de seguimiento a su familia, Claudia comenzó a levantarse.


Ella y sus hijas recibieron apoyo para lograr un buen estado de salud y así lograr asistir regularmente al colegio, además de contar con apoyo psicológico. Seguidamente, Claudia dio un gran paso, elegir una ocupación, no lo pensó dos veces y decidió estudiar Corte y Confección. Su entusiasmo fue tan grande que se esmeró y logró ser la mejor alumna de su curso.

Con los conocimientos de costura adquiridos, el segundo paso fue iniciar un emprendimiento. Con el apoyo de Aldeas Infantiles SOS, logró comprar una máquina de coser y otros  implementos de costura para instalar su propio taller en su domicilio, donde vive con sus tres hijas en dos modestas habitaciones en alquiler.


Ella es una costurera cumplida y responsable, así comenzaron a conocerla los clientes y desde entonces no le falta trabajo. Ahora, ella puede cubrir todas las necesidades de sus hijas que estudian, incluidos los pagos de terapias de estimulación que necesita su hija con parálisis cerebral; eso le hace sentir feliz y orgullosa. “Me siento segura y feliz de poder pagar con mi trabajo las terapias de mi hija y todo lo que necesitamos para vivir, lo bueno es que trabajo en mi casa y no las descuido”, explica con alegría.


Ahora, Claudia está viviendo una etapa que le brinda fortaleza y seguridad en ella misma. Superó los tiempos en que prácticamente había perdido el control de su familia y de su vida, cuando no tenía dinero para brindar los cuidados básicos a sus hijas.

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