Por entornos seguros y protectores en las familias de Sucre
La crisis sanitaria ha puesto en riesgo a las familias de todo el país, obligándolas a asumir cuarentenas en medio de un escenario de preocupación e incertidumbre generalizada. Las redes de apoyo han quedado alejadas de la realidad de las familias en situación más vulnerable.
Paola Chirino, Gerente de Programa de Aldeas Infantiles SOS en Sucre, señala que los más afectados son las niñas, niños, y adolescentes: el hecho de permanecer sin las condiciones y cuidados necesarios, por largos periodos en los hogares en medio de violencia, hambre y miedo les puede generar estrés y ansiedad, potenciándose el riesgo de abuso entre pares (sea físico, emocional o sexual).
“Si no se actúa en acciones de protección social para las familias y de prevención de mayores casos de violencia en contra de las niñas y niños la pandemia puede dejar secuelas sociales y económicas críticas para nuestra sociedad, una realidad que será difícil de enfrentar posteriormente” asegura Chirino.
Es por esto que Aldeas infantiles SOS encuentra formas para continuar con su labor en esta época de emergencia y brindar orientación adecuada para que las familias participantes de los servicios puedan constituirse en un entorno seguro, afectivo y protector para las niñas y niños.
En Sucre, Aldeas Infantiles SOS trabaja con un enfoque de fortalecimiento familiar a través del desarrollo de competencias parentales a 66 familias que deben garantizar el desarrollo pleno de 241 niñas y niños.
“Durante este tiempo hemos estado atentos a las necesidades de cada familia, fortaleciendo entornos seguros y afectivos para las niñas y niños, construyendo guías y estrategias de trabajo a distancia y generando espacios de escucha asertiva para las familias”, comenta Chirino.
Una de las primeras experiencias que se puso en práctica con las familias que son parte del servicio de fortalecimiento familiar, fueron los diagnósticos por familia para construir material didáctico y educativo en el idioma de origen y en temáticas como: prevención para evitar el contagio del COVID-19, fortalecer momentos en familia a través de juegos didácticos, reforzamiento de tareas escolares, salud y nutrición y otros.
El intercambio continuo de prácticas en el equipo es fundamental para ir mejorando cada material utilizado en la intervención. El desafío ahora es lograr nuevas habilidades digitales en las familias, para desarrollar de manera remota (virtual) sus capacidades, sin perder la confianza y calidez que brindaba la asesoría presencial.
La preocupación por el bienestar de las niñas y niños de las familias en situación de riesgo social continúa a medida que la pandemia avanza, sin embargo, innovar en la atención eleva su importancia para asegurarles familias protectoras y seguras.