“Mi hija sabe que por ahora las wawas están mejor conmigo, están estudiando, comen a su hora y nunca los dejamos solos. Estoy segura que en algún momento ella podrá cuidarlos como necesitan”.
Aurelia en todo momento está pendiente de la educación y la salud de los niños. Asumió su responsabilidad como cualquier madre, no descuida ninguna de sus necesidades y se compromete cada día con ellos.
A pesar de la pandemia, Aurelia hizo todos los esfuerzos por continuar cubriendo todas las necesidades que tienen sus nietos, tanto en educación, salud, afecto y alimentación.
“Mi abuelita nos hizo un espacio en su habitación para que podamos pasar clases virtuales y aunque ella no sabe usar el celular, le pide ayuda a mi tía para que nos enseñe, ella es una buena mamá”, dice Gabriela, una de sus nietas.
Aurelia, presta mucha atención a la educación de sus pequeños, sabe que es la única forma de que en el futuro las niñas y niños que están a su cargo puedan tener oportunidades y una vida independiente.
“Yo los cuido, y los quiero, son mis hijos”, dice sonriendo, “y aunque no sé manejar los celulares, busco ayuda con otras personas para que puedan aprender”.
Aurelia no sólo cuidó a sus hijas e hijos, ahora es la mamá de sus nietos y cada día se esfuerza para que cada momento que tiene con ellos sea de amor y protección.
La historia de doña Aurelia es una más de tantas que ocurren a diario por los diferentes servicios de Aldeas infantiles SOS, y que, gracias al apoyo de todos nuestros aliados empresariales, empresas amigas, podemos salir adelantes y lo más importante es que niñas y niños puedan disfrutar de su infancia.